El proceso penal contra los militares inició el viernes pasado luego de que el Ministerio de Defensa recibiera información acerca de irregularidades con los motores de helicópteros.

El Ejército argentino suspendió a 16 militares de la Dirección de Aviación luego de una denuncia por el robo de motores de helicópteros.

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Según medios argentinos, el proceso penal contra los militares inició el viernes pasado luego de que el Ministerio de Defensa recibiera información acerca de irregularidades con motores de helicópteros. Se realizó una auditoría y, en efecto, se encontraron elementos comprometidos que coincidían con la información obtenida.

Los resultados de la auditoría concluyeron en una inspección exhaustiva, la cual develó suficientes pruebas como para sostener una denuncia penal.

Las investigaciones recayeron sobre todo en el Batallón de Abastecimiento y Mantenimiento 601, donde se encontró un uso indebido de repuestos y autopartes. La inspección logró demostrar la sustracción de un motor, el cual había sido puesto en venta ilegalmente.

«La denuncia interna alertó sobre una maniobra que implicaba tanto el manejo irregular de los recursos, como la venta de piezas de material de aviación», aseguró un medio local.

A raíz de esta denuncia, el Ministerio de Defensa ordenó una serie de medidas preventivas. “En total, 16 militares fueron suspendidos, y uno de ellos, el de mayor rango, fue relevado de su cargo”, afirmaron desde el ente ministerial.

Esta acción fue respaldada por una denuncia penal que ya está siendo tramitada por el Ejército y la Oficina de Anticorrupción. Según el Ministerio de Defensa, “no se permitirá la impunidad dentro de las filas del Ejército”.

Medios argentinos afirmaron que el motor fue recuperado en partes, pues los soldados los desarmaban para luego venderlos.

A raíz de la denuncia, el Ejército argentino emitió un comunicado donde detalló la queja, los hechos y las medidas tomadas contra los implicados. Una de las primeras medidas fue la suspensión preventiva del personal militar presuntamente involucrado en los hechos denunciados, “con el fin de garantizar la transparencia y la eficacia de las investigaciones”.

Este caso de corrupción se suma a una serie de escándalos que sacudieron a las Fuerzas Armadas en los últimos meses.

En julio pasado, el comandante operacional del Estado Mayor Conjunto, general Jorge Fabián Berredo, denunció a otro general, Carlos Alberto Carugno, de presionarlo para que pasara a retiro. De acuerdo con la querella presentada por Berredo, Carugno amenazó con echar a su esposa -médica con grado de coronel- del Hospital Militar Central, donde trabaja hace dos décadas.

Meses después, en noviembre, el general Fernando Luis Mengo fue separado de su cargo al frente de la Fuerza Aérea tras denuncias por uso indebido de aeronaves oficiales para fines personales y casos de presunto acoso y abuso.

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